El veneno
más dulce de todos:
El azúcar refinado - Parte I
Gran cantidad de enfermedades físicas y mentales habituales
están relacionadas con el consumo del azúcar "blanca" refinada.
Extraído de Nexus Magazine, Volume 7, Number 1, Diciembre
1999 - Enero 2000. Del libro de William Duffy "Sugar Blues"
¿Por qué es tóxico para el organismo?
En 1957, el Dr. William Coda Martin intentó contestar esta
pregunta: ¿Cuándo una comida es un alimento y cuándo es un veneno?
Su definición de "veneno" fue: "...
Médicamente: cualquier sustancia que aplicada al cuerpo, consumida o
desarrollada dentro del mismo, causa o puede causar enfermedad.
Físicamente: cualquier sustancia que inhiba la acción de un
catalizador -sustancia, mensajero químico o enzima que activa una
reacción-".
El diccionario da una definición aún más amplia de
"veneno": "tener una influencia perjudicial sobre algo, o
pervertirlo".
El doctor Martin clasificó al azúcar refinado como veneno
porque carece de toda fuerza viva, vitaminas y minerales.
"...Lo que queda [después del proceso de refinación]
son carbohidratos refinados que el cuerpo no puede utilizar porque no contiene
proteínas, vitaminas ni minerales. La naturaleza los provee en cada planta en
cantidades suficientes para metabolizar los carbohidratos específicos de dicha
planta. No sobra para otros carbohidratos añadidos. Cuando un carbohidrato se
metaboliza de forma incompleta da lugar a la formación de metabolitos tóxicos
como el ácido pirúvico y azúcares anormales que contienen cinco átomos de
carbono.
El ácido pirúvico se acumula en el cerebro y el sistema
nervioso y los azúcares anormales en las células rojas de la sangre,
interfiriendo la respiración celular.
Como no pueden obtener suficiente oxígeno para sobrevivir y
funcionar normalmente, con el tiempo, algunas de las células mueren, lo que
interfiere con el funcionamiento de una parte del organismo y es el comienzo de
una enfermedad degenerativa..."
El azúcar refinado es letal para el hombre porque suministra
únicamente lo que los nutricionistas describen como calorías "vacías"
o "desnudas". Carece de los minerales naturales presentes en el
azúcar de caña.
Además, el azúcar es peor porque para su digestión,
purificación [a nivel hepático] y eliminación hace falta que el organismo
utilice vitaminas y minerales de sus reservas.
El equilibrio es tan esencial para nuestro organismo que
contamos con varias maneras de contrarrestar el shock producido por un consumo
importante de azúcar.
Algunos minerales como el sodio (de la sal), el potasio y el
magnesio (de los vegetales, y el calcio (de los huesos) se movilizan y son
utilizados por transformación química; el organismo, en un intento de restaurar
el equilibrio ácido-alcalino de la sangre hacia un valor más normal produce
sustancias neutralizantes.
Cuando se consume azúcar a diario se produce un estado de
continuo 'sobre-acidez' y cada vez hace falta más minerales de la reserva del
cuerpo para rectificar el desequilibrio.
Finalmente, para proteger la sangre, el organismo retira
tanto calcio de los huesos y dientes que da lugar al inicio de un proceso de
deterioro y debilitamiento generalizado.
El exceso de azúcar acaba afectando cada órgano del cuerpo.
Inicialmente, se almacena en el hígado en forma de glucosa, pero como su
capacidad es limitada, el consumo diario de azúcar refinada (por encima de la
cantidad necesaria de azúcar de fuente natural) pronto consigue que el hígado
se hinche como un globo. Así, cuando alcanza su máxima capacidad, el exceso de
glucosa es devuelta a la sangre en forma de ácidos grasos que son transportados
a cada parte del cuerpo y almacenado en las áreas más inactivas: estómago, nalgas,
pechos y caderas.
Cuando estos sitios, comparativamente inofensivos, están
llenos, los ácidos grasos se distribuyen entre los órganos activos como el
corazón y los riñones. La actividad de estos órganos se enlentece, finalmente
sus tejidos degeneran y se vuelven grasos. Todo el organismo se ve afectado por
su funcionalidad disminuida y se produce una tensión sanguínea anormal.
El sistema nervioso parasimpático se ve afectado y los
órganos gobernados por él se vuelven inactivos o se paralizan. (La función
normal del cerebro raramente se piensa tan biológica como lo es la digestión).
Los sistemas linfático y circulatorio se ven invadidos y la
calidad de los corpúsculos rojos comienza a cambiar.
Tiene lugar un exceso de células blancas y se ralentiza la creación
de tejido. La tolerancia y capacidad inmunológica de nuestro cuerpo se vuelve
más limitada, de manera que no podemos responder adecuadamente al ataque agudo,
sea de frío, calor, mosquitos o microbios.
Esta vitamina también se fabrica en nuestros intestinos por
las bacterias simbióticas que viven allí. Cuando se consume azúcar refinado a
diario, estas bacterias se debilitan y mueren y nuestra reserva de vitamina B
se reduce mucho. Demasiada azucar nos vuelve somnolientos y hace que perdamos
nuestra capacidad de calcular y recordar.
Sandra y María Jesús
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